lactaba todo cuanto soñaba echado en su catre. sentía que las noches eran los cabellos de dios, los sueños la forma de la cara de dios y los días el cuerpo cambiante de dios. salía de casa con gran esperanza, abrazado al cuerpo mutante de dios, con una pena en el alma, un secreto a gritos puesto que todo cuanto vivía era un cuento de dios...
san isidro, noviembre de 2008